Me levanté temprano y fui a trabajar, como cada día. Por suerte, tenía permiso para tomarme la tarde libre y eso hice. Tras una siesta reparadora tocó pasar por la sesión de «chapa y pintura» a fin de estar perfecta para una ocasión tan importante. Teniendo que acelerar a última hora y lamentando que mi preciosa pluma estilográfica no pudiese venir conmigo, salí de casa con mis libros y mis regalos hacia la gastrolibrería.
Llegué bastante antes de la hora prevista, pero no podía parar quieta, así que me puse a colocar y recolocar la sala donde iba a presentar en sociedad mi segunda novela. Poco a poco, los invitados fueron llegando y con cada uno de ellos la alegría y la ilusión por ver cuantísimas personas se habían esforzado por acompañarme en ese momento.
Tras una pelea a brazo partido con el equipo informático, logré dar inicio a la presentación con el booktráiler del libro. Una vez creada la atmósfera de expectación pretendida, mi presentador, Víctor Sanz, comenzó a desgranar poco a poco los secretos y anécdotas escondidos tras esta historia. Procurando aguantar nervios y mantener sonrisa, traté de dar lo mejor de mí en cada respuesta.
Finalizada la «charla» los libros empezaron a volar hacia las manos de todos los que me acompañaban, a quienes procuré dar, no solo un autógrafo y un par de regalos, sino todo el agradecimiento que sentía por tenerlos allí.
Y tras un pequeño refrigerio y muchos momentos de risas y abrazos, tocó despedirse del que fue uno de los días más felices de mi vida.
¡Gracias a todos!
Presentación de «El secreto del puzle»
¡Sígueme o comparte!