¡Hola a todos!
Qué bien tener un puente tan largo por delante. Para mí, además de suponer tiempo de descanso, también lo es de escritura. Confieso que la corrección de la segunda parte de Crónica de los barrios sin luna se está haciendo muy larga, pero no puedo evitarlo.
Veréis, en mi caso, cuando escribo un libro es como poner los cimientos de una casa. Tras dejar que repose, empiezan las correcciones con las que el libro crece y crece y, además, se va enriqueciendo, completándose, como cuando en la casa pones la pintura, los muebles, etc. Esto, sumado al poco tiempo del que dispongo (la ciencia es un amante exigente y poco lucrativo), hace que el proceso sea aun más lento.
Confío sinceramente en que septiembre tengamos esta nueva entrega, pero no puedo prometerlo ya que, en primer lugar, no sé cuánto tardaré en acabar la corrección y, además, la editorial también requerirá su tiempo de lectura, maquetación y demás.
Solo puedo pedir paciencia y apoyo. El oír que alguien tiene ganas de leer la nueva aventura que vivirán Javi, Oona y Fabio me llena de una ilusión y una motivación inmensas.
Un saludo y feliz puente.